Hechos 2:37-47 "El primer sermón de Pedro y el nacimiento de la Iglesia"

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Habla sobre la primera predicación de Pedro, y el nacimiento de la iglesia. También se puede notar aspectos característicos de la iglesia en el primer siglo.

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Contexto

Me gustaría iniciar está sesión recordando lo que hemos visto durante estos dos capítulos, y es que lo considero importante porque como nos vemos cada quince días, se nos pueden olvidar ciertos aspectos importantes que son difíciles de recordar después de un mes de haberlos estudiado.
Recuerdan que en el primer capítulo vimos que los discípulos habían recibido instrucciones antes de la ascensión de Jesús (Hechos 1:4).
Ellos esperaron, y mientras vemos la elección de Matías (Hechos 1:23)
Y después, la venida del Espíritu Santo sobre todos los creyentes (Hechos 2:4) y la predicación del Evangelio en distintos idiomas (Hechos 2:11).
Luego vemos que Pedro hace su primer Sermón (Hechos 2:14). Y en es en ese primer sermón que estamos. Pedro acaba de terminar de predicar cuando podemos leer la siguiente porción (Hechos 2:37-47)

Porción.

Leamos la porción:
Hechos de los Apóstoles 2:37–47 LBLA
Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame. Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas. Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.

a) Una visión general

Entonces, ¿qué dirían que está pasando en la porción?
Claro, esta porción nos está relatando la respuesta que tuvo la audiencia.
¿La respuesta a qué?
A la predicación de Pedro.
¿Qué habíamos dicho que predicó Pedro?
El evangelio, pero no lo hace a través de Romanos, o Hebreos, ¿No?
¿Con qué lo hace?
Pedro predicó a Cristo a través del Antiguo Testamento, primero a través del profeta Joel, y después en los salmos.
Y, ¿quién era esta audiencia?
Eran los mismos judíos del capítulo 1, los que venían a celebrar el pentecostés (fiesta por la entrega de la ley). Pedro les predicó a estos judíos con las Escrituras que ellos conocían, conocían pero no entendían. Estaba informados, pero no habían sido transformados.
Así que, en esta porción vemos la reacción de la audiencia.

b) La pregunta.

¿Cómo responden ellos?
Se conmueven (en otras versiones dice “compungieron”), y esa palabra se usa para denotar algo repentino o inesperado. Ellos quedaron atónitos debido a lo que Pedro les estaba diciendo. “Ustedes mataron al mesías” (Hechos 2:23)
Además, ellos preguntan, ¿Qué haremos? Y esa es la pregunta más honesta y antinatural que puede haber.
Honesta, porque es lo que todos deberíamos preguntarnos cuando entendemos el evangelio (No solo la primera vez) Ahora ¿Qué hago? Porque no hay nada que yo pueda hacer.
Antinatural, porque no es posible que lleguemos a ella sin el Espíritu Santo (Juan 16:13).
Y aquí hay algo que me gustaría mencionar, la audiencia de está predicación no es tan distinta a muchos de nosotros.
Ellos no eran gentiles que jamás habían escuchado las Escrituras, ellos eran judíos, crecieron es una cultura judía con historias y fiestas judías. Pero esa aparente cultura judía no los había transformado.
Y cuantos de nosotros estamos tan envueltos en una “cultura evangélica” rodados de nuestros amigos y familiares cristianos, de nuestra música cristiana, nuestras películas y libros cristianos, tenemos hasta nuestras “celebridades” cristianas (actores, cantantes, o hasta youtubers).
Y es tan fácil parecer cristianos cuando tal vez, y solo tal vez, jamás hemos sido transformados.
Por eso, esta pregunta (¿Qué haremos?) es tan importante. Y entonces ¿Qué haremos?

c) La respuesta

Pedro responde más adelante (Hechos 2:38)
¿Cuál es la respuesta de Pedro?
Arrepiéntanse y sean bautizados.
Y siempre, el arrepentimiento conlleva un cambio radical de vida. Y esto se debe que el arrepentimiento es producto de entender algo.
Es como si te dijeran que: resulta que un familiar muy lejano, que ni conoces, te dejo una herencia de 100 millones de pesos ¿Seguirías viviendo de la misma manera? Yendo a la escuela o trabajo en camión o taxi? Es más quién sabe si irías a la chamba, no?
¿Seguirías yendo a los mismos restaurantes? O ¿comprando la misma ropa? Claro que no.
Es por eso, que el arrepentimiento es tan importante en nuestras vidas, y siempre es una respuesta al Evangelio(a estar informado), por eso Santiago es tan claro en (Santiago 2:14-17). El arrepentimiento siempre va acompañado de obras/fruto.
Es como mi sobrino, él tiene tres años y ahora tiene la costumbre de que siempre que hace algo malo o una travesura te dice “¿Me disculpas?” con unos ojos bastantes tiernos, mientras con su mano vuelve a aventar su juguete por la ventana del carro. Pero el vato no se está disculpando porque entienda lo que hace, o porque deberás ya no lo volverá a hacer. Se disculpa porque si no su mamá le va a pegar.
Así que nuestro arrepentimiento siempre debe ir acompañado de obras.
Ahora, el bautismo es la instrucción que Jesús deja a sus discípulos, (Mateo 28:19-20) Solo para aclarar, Pedro se está refiriendo al bautismo de agua.
Y si te das cuenta, Pedro los está introduciendo a una nueva vida, a la vida cristiana.
Les predica el evangelio (los informa)
La llama al arrepentimiento
Y luego al bautismo (como señal de una nueva vida, “he muerto”)
Con esto, hemos visto, la pregunta de la audiencia (¿qué haremos?) y la respuesta de Pedro (Arrepiéntanse y sean bautizados) pero no termina ahí o ¿sí?

d) La familia. (La ortopraxis)

Leemos versículos Hechos 2: 38-40
Hechos de los Apóstoles 2:38–40 LBLA
Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame. Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Ahora el Hechos 2: 41
Hechos de los Apóstoles 2:41 LBLA
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas.
“se añadieron” ¿A dónde se añadieron? Así es, a La iglesia.
Estamos presenciando el nacimiento de La Iglesia.
¿Cómo lucia la iglesia? Versículo 42
La enseñanza de los Apóstoles (Predicación)
Comunión (Koinonia)
Partimiento del pan (Santa Cena)
Oración
Por cierto, así es como debería lucir una iglesia sana, hoy en 2023.
Aquí les quiero preguntar, ¿Cómo relacionamos esto en nuestra vida?, ¿Como debería lucir nuestra vida como creyentes?
Con la unión a la Iglesia local, la unión a una iglesia local es el paso natural que debe tener cada cristiano que ha sido transformado por el Evangelio.
Y esa unión a la iglesia es así, es esto. Es la iglesia.
¿Cómo debería lucir la vida una persona que está unida a una Iglesia local?
Unión (v44)
Generosidad (v45)
Comunidad (v46)
Adoración (v47)
Así luce la vida de un creyente sano.
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